Ripple se ha convertido en miembro del organismo de estándares ISO 20022, que está impulsando un nuevo estándar de datos para pagos y mensajes de datos entre instituciones financieras globales.
La compañía afirma ser el primer miembro del grupo centrado en la tecnología de contabilidad distribuida (DLT), que incluye una serie de bancos comerciales y centrales internacionales junto con entidades de procesamiento de pagos como SWIFT y Visa.
La ruta a un estándar internacional
ISO 20022 propone un enfoque estandarizado único en metodología, proceso y repositorio para permitir la comunicación y la interoperabilidad entre todas las organizaciones financieras globales.
Si bien la convergencia en un único estándar es el objetivo a largo plazo, mientras tanto, varios estándares existentes deben coexistir y compartir información. ISO toma puntos de datos comunes de los modelos de instituciones individuales y los agrupa en un formato estandarizado, que puede compartirse entre sistemas.
La norma ya ha sido adoptada en 70 países, y se estima que para 2023, el 87% de las transacciones financieras globales contará con el respaldo de ISO 20022.
¿Son Ripple crypto Jekyll y Hyde?
La membresía de Ripple en el organismo de estándares marca una nueva validación de la criptomoneda y DLT en el mundo de las finanzas tradicionales. También permite que Ripple y sus clientes tengan voz en la dirección futura de los pagos transfronterizos.
La adhesión al estándar ISO 20022 también simplifica las conexiones de contraparte y reduce los costos asociados.
Ripple parece estar constantemente caminando por una delgada línea entre respetabilidad y sospecha a los ojos del público.
Como Cointelegraph ha informado recientemente, por cada nueva asociación de alto perfil hay una dilución del mercado de XRP por parte de Ripple o sus antiguos ejecutivos, junto con las continuas acusaciones de que XRP es una venta de valores sin licencia.
